Para probar el funcionamiento del Blogger, publique parte de una entrevista que fue trabajada por uno de mis profesor en el Prof. Educ Primaria.
Entrevista con Estanislao Antelo, doctor en Pedagogía.
Enseñar o simpatizar
¿Es un camino escabroso, como lo planteaba Platón?
Sí, el aprendizaje es duro y nadie sabe cómo efectivamente
sucede...
De ahí que se diga, 'no le gusta la escuela', pero ¿a quién
le gusta?
--En eso hay una discusión. Están los conservadores que
dicen que la escuela tiene que ser exigente, amarga y seria, y los libertarios
que sacando toda la seriedad y el acartonamiento los chicos disfrutan. Y no es
ni una cosa ni la otra. La escuela se inventó para que los chicos se vayan
después, porque la escuela funciona cuando los chicos se van, crecen, se
reciben y después no vuelven, son arquitectos, ingenieros, deportistas... Ahora
está sucediendo algo raro, que los padres se están metiendo en las escuelas.
¿Está bien o mal eso?
--Ni bien ni mal, es que ha cambiado el lugar de la oferta
educativa. Lo que los padres pretenden es tener más garantías que lo que le
ofrezcan a su hijo no esté podrido, es decir que no haya mala praxis. Por eso
ahora los padres están dentro de la escuela. Es que nosotros los invitamos
porque pensamos que ellos tenían derecho a opinar, y en un punto está bien que
intervenga en la batalla cultural.
¿No hay un exceso de ese protagonismo?
--Sí, si se le hace demasiado caso a los padres. Si se hace
eso, habría satisfacción al cliente. Como adecuar la oferta a la demanda.
¿Quiere decir que el docente queda en una situación de
debilidad?
--Posiblemente. El objetivo del docente es enseñar. Pero
cuando uno adecua la enseñanza a la demanda, se pierde el valor de la
enseñanza.
¿Cuál sería la salida?
--No se si se puede hablar de salidas. Yo prefiero decir que
la escuela compite con otras vías para llegar al conocimiento. Porque si uno
antes quería saber lo que era una tenia saginata, o el Peloponeso, se puede
enterar de esos tema de muchas maneras. Creo que si queremos defender a los
docentes, debemos promover que se reencuentren con su oficio que es la
enseñanza. El valor de la docencia está en la enseñanza. Por ahí dicen que a los
chicos hay que quererlos y para eso no hace falta estudiar de maestro. En
cambio, si uno quiere ser realmente un maestro, es porque quiere hacer otra
cosa además de quererlos y esto es enseñar.
Y enseñar propone una actitud un tanto antipática...
--Es probable. Para quien enseña, su preocupación principal
tiene que ver con lo que enseña y no con el pibe. Por lo tanto, si es simpático
o antipático es secundario. De todos modos, esto los pibes te lo facturan,
porque cuando se van de séptimo grado, no invitan al tipo que les enseñaba sino
al docente que era más compinche, el que tenía más compromiso. Pero después,
cuando le preguntás quién te enseñó más, nombran a ese que no invitaron. Del
mismo modo, cuando valoran a un médico nombran a un Favaloro y no al más
simpático. Creo que nosotros, los pedagogos, tenemos mucho que ver con eso de
haber separado al docente de su oficio.
¿Es que el docente, en su afán de agradar al chico terminó
sacrificando la enseñanza?
--Es cierto, sí, porque el afán de agradar está condenado al
fracaso. Hay maestros que son sádicos, y hay que estar en contra y
denunciarlos. Pero puede haber tipos que enseñen a tocar el violin y sea un
malhumorado, pero enseña bárbaro. Entonces, qué importa si es malhumorado. Más
allá de estos ejemplos, creo que debe haber un equilibrio, es decir, el maestro
debe preocuparse por enseñar y no agradar.
Todo tiempo pasado
¿Estamos mejor o peor en materia educativa?
--No es ni una cosa ni la otra. No todo tiempo pasado fue
mejor. Cuando alguien dice "te acordás hermano, qué lindas las escuelas
aquellas", miente. En aquellas escuelas teníamos miedo, no se podía
hablar, mover..., no la pasábamos bien. Había una especie de patriarcado...,
ahora no la pasamos bien, pero yo creo que el bien y el mal no se llevan
demasiado bien con la educación, porque esta es, como se dice a secas, 'el
reparto de guías para obrar en lo sucesivo'. Por ejemplo, vos me podés hacer
una entrevista porque alguien te puso a disposición las técnicas de hacer
entrevistas. No naciste con la capacidad de entrevistar incorporada.
Pero siempre se compara la educación antigua y la actual.
Hubo muchos cambios...
--Las transformaciones son inherentes al acto educativo. Van
a seguir habiéndolas y no sabemos cómo van hacer. Un filósofo argentino decía
que no sabemos como van a ser los chicos, pero sabemos lo esencial: que van a
ser distintos a nosotros. Y nuestra apuesta es profundizar la variación. Entonces,
cuando se dice que los chicos no vienen como antes, debería decir, "por
suerte no viene como antes".
¿No existe algo de indisciplina que termina atentando contra
las condiciones de enseñanza - aprendizaje que deben existir en las aulas?.
--No es indisciplina, es desenfreno. Faltan los mecanismos
de autocoacción..., la imposición disciplinaria. Lo que regulaba nuestro
comportamiento, el tuyo y el mío, era una autoridad exterior. Hoy los pibes,
antes de actuar, no se fijan si alguien les está diciendo lo que deben hacer.
La pregunta que se hace un pibe antes de actuar tiene que ver con que si es
capaz de hacerlo. Un ejemplo es el piercing. Si uno quería hacérselo es si
debía o no hacerlo, está prohibido o permitido. Hoy los chicos no se preguntan
eso, sino que si son capaces. Si se responde que sí, ¿por qué no lo van a
hacer?. Pasa lo mismo con el alcohol. A veces toman en exceso, pero ellos no se
preguntan si están transgrediendo sino que están ejerciendo una capacidad. La
propaganda de Adidas es "el único límite sos vos mismo", la de Nike
es "tu puedes", crecen los programas de deportes de riesgo. En la
escuela lo que antes era enseñar, ahora es formar competencias porque el
objetivo es el que sean exitosos.